Google y las elecciones en México

Para satisfacción de algunos y desconsuelo de otros, las elecciones mexicanas de 2012 (presidente, senado, diputados, varios gobernadores y presidencias municipales) están en camino de ser historia.  Técnicamente aun no concluyen.  Aunque la votación fue el pasado domingo 1 de julio y se han anunciado resultados parciales, falta todavía el cómputo final que aparecerá en un par de días, y desde luego resolver las posibles irregularidades y múltiples impugnaciones, lo cual llevará su tiempo.

El tema dará mucho de qué hablar durante los próximos días y meses (notoriamente, las visibles  diferencias entre el México del norte y el del sur), pero entre los «saldos» que ya pueden apreciarse está el papel de las redes sociales y otros medios «virtuales» en la movilización (y en algunos casos, manipulación) electoral.  Un aspecto,  la presencia  de Google,  me interesa aquí en particular (más allá del previsiblemente simpático «doodle»).

En efecto, el organismo responsable de organizar las elecciones, esto es, el Instituto Federal Electoral, realizó un acuerdo de colaboración con el gigante de las búsquedas cibernéticas.  En primer lugar para ubicar las casilla de votación mediante su aplicación «Google Maps»

como puede apreciarse con la 111, de la ciudad de Campeche, cuya ubicación está marcada con un icono en forma de urna electoral azul. Y en caso necesario, para mayor facilidad, pueden verse la calle y el edificio, que parecer ser una escuela pública

El icono reaparece en este caso  astutamente sobrepuesto en la barda perimetral de la escuela (aunque es poco visible, y aquí lo he rodeado de un círculo rojo)

Por otro lado, el acuerdo ha incluido el traslado del Programa de Resultados Electorales Preliminares del IFE.

como puede apreciarse en el link puesto (junto al de otros medios e  instituciones) en el portal de la institución o, directamente, aquí.

Al acudir al sitio, pueden apreciarse los resultados parciales en Google Maps a  las 02.00 horas del lunes 2 de julio (y sí, hasta esa hora nos quedamos muchos despiertos, siguiendo la votación).

También podía verse la distribución regional de la votación de cada partido (en este caso la de Acción Nacional, aunque los matices de colores no se sabe bien a bien qué representan);

y por cada municipio, como en este ejemplo, Chilpancingo, Gro., pudiéndose hace un click para obtener las cifras. En la columna de la izquierda aparecen los resultados estatales, útiles para cuestiones comparativas.

Nótese que todos estos ejemplos que he incluido son resultados parciales que obviamente van a cambiar  en el curso de las siguientes horas.

Dejando de lado su interés inmediato, que es el electoral, estos materiales también serán muy útiles para quienes se dediquen a estudiar esta votación, analizarla y sacar las correspondientes conclusiones, tanto académicas como políticas. En lo personal me hubiera gustado tener el mapa de conjunto del país con el color del vencedor en cada municipio, porque la visualización de conjunto da una falsa impresión de uniformidad.

Google no se contentó con su acuerdo con el IFE.  En asociación con el  Centro de  Estudios Sobre Internet y Sociedad, del  Tecnológico de Montererrey,  ha establecido un canal en youtube donde se anima a los usuarios a compartir videos de sus observaciones del proceso electoral.  Al día de hoy podían verse muchos que denunciaban irregularidades varias.

Estas iniciativas pueden verse como parte del programa de continua expansión de Google, pero también como una respuesta frente a la popularidad creciente del uso de Facebook y Twitter (ya se sabe, Google+, su red social, parece no estar yendo a ninguna parte). De manera interesante, la opción  de Google en México ha sido acercarse a las instituciones (ahora el IFE, una universidad privada), como antes lo hizo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Viéndolo en perspectiva, lo que todas estas compañías procuran es ocupar un «nicho» de interés que les dé ventaja sobre sus competidores, y asimismo conseguir que sus productos se «cotidianicen», se  inserten como vehículos «naturales» de las relaciones entre personas,  y como parte imprescindible de nuestra vida diaria. No tengo en sí nada en contra de ello, mientras la correlación entre sus beneficios y nuestras conveniencias sea justa y adecuada.

Alternativas a Wikipedia (4): evaluación y perspectivas

La combinación de la popularidad mundial de Wikipedia, la frustración de muchos wikipedistas con su sistema de edición  anónimo e impredecible, y la inquietud por llevar el conocimiento especializado más allá de los restringidos espacios académicos, ha llevado a la creación de varios sitios «wiki» alternativos, con diferencias combinaciones de  criterios editoriales. La idea es ciertamente atractiva. En este sentido, comenté en notas pasadas los logros y limitaciones de Scholarpedia, Citizendium y The Encyclopedia of Earth, con la idea (no tan implícita) de examinar posibles modelos aplicables para una alternativa en español sobre los temas que nos son cercanos. Podría evidentemente seguir comentando sitios con propósitos similares,  pero me parece que con los reseñados ya tenemos un buen panorama y puedo aventurar algunas conclusiones.

* Pese a todas sus limitaciones, Wikipedia con el tiempo ha logrado establecerse en la conciencia y preferencias del público como sitio de consulta. Ha conseguido asimismo algo muy difícil: reunir una vasta red de colaboradores que escriben y corrigen textos constantemente, sin esperar recompensa ni reconocimiento. Como muestran los casos de Citizendium, y  Knol (de Google) no parece probable que aparezca y se consolide alguna otra enciclopedia similar. Nos agrade o no,  es preferible realizar el esfuerzo para que los textos de Wikipedia sean lo más confiable posibles, aunque a veces parezca arar en el mar.

En cambio, es posible que sitios «wiki» temáticamente especializados (digamos, por decir algo, sobre historia y patrimonio histórico de México), redactado por expertos que le den confiabilidad,  puedan tener un nicho propio y perspectivas interesantes de desarrollo. Esto nos lleva a las diferentes soluciones adoptadas para resolver las delicadas cuestiones  de la autoría, convocatoria de autores, calidad, organización y estructura.

* Autoría: En este indispensable rubro, Scholarpedia se ha ido a un extremo: procura que cada artículo esté redactado por la máxima autoridad reconocida en su campo de conocimiento (o, al menos, alguien que haya investigado el tema, y que cuente con un doctorado).  Encyclopedia of Earth (EoE) ha adoptado un criterio más flexible: acepta investigadores y docentes de posgrados  universitarios, pero también profesores de licenciatura o de enseñanza media,  miembros de ONGs, de agencias gubernamentales, miembros de sociedades científicas, de organizaciones empresariales, y en general cualquier persona que pueda demostrar conocimientos especializados en algún área.

* Convocatoria. La reunión de autores «expertos» presenta considerables dificultades prácticas. Suelen ser personas muy ocupadas, que administran cuidadosamente su tiempo, y que entre artículos, conferencias, cursos y comités no tienen muchos ratos disponibles para actividades adicionales. En general, estas wikis enfatizan un curioso argumento negativo: no son Wikipedia, o sea, reconocen y respeta el derecho de autor,  no hay anonimatos, la contribución es citable, y el entorno es académico. Hace falta evidentemente algo más, y Encyclopedia of Earth ha tratado de presentar argumentos convincentes: el resultado de las investigaciones puede alcanzar públicos más amplios que el de los medios impresos,  es posible actualizar constantemente los artículos, el autor participará en un modelo de publicación en rápida expansión,  y se integrará en una comunidad académica respetada, que comparte y discute objetivos comunes.

Calidad: tanto Scholarpedia como EoE han adoptado un modelo de aprobación similar al de las revistas académicas: los artículos son sometidos a revisión por «pares«, esto es, por otros expertos que conocen el tema. El texto no es publicado hasta que  no se haya respondido adecuadamente a las observaciones de los dictaminadores, a criterio de los editores.  Es algo que para un contribuyente de Wikipedia le parecería una forma inaceptable de censura, pero que es habitual en el entorno académico. No es un procedimiento simple ni exento de errores, pero es el mejor que se ha encontrado.

* Ingeniería social.  Aun así, no es fácil convocar a un número suficientemente numeroso de autores. Un sitio wiki no puede depender del entusiasmo voluntarista de un editor, sino que debe necesariamente integrar una comunidad que  reúna expertos de diferentes temas y épocas, y que por su número permita el trabajo conjunto, la  colaboración y el reparto de tareas.  Y pensar que el prestigio de los miembros de un comité editorial , el respaldo de una o más  institucioneso empresas, criterios adecuados de edición, y una plataforma tecnológica  sofisticada y atractiva atraerán  la atención y el interés de los expertos es algo razonable, pero no seguro.  Pero que vale la pena intentarlo, y que los resultados podrían ser muy interesantes, no me cabe duda.

Historia, sociología y antropología de América Latina en Revues.org

La plataforma de publicaciones Revues.org es parte del notable esfuerzo francés por llevar las humanidades y las ciencias sociales a la red de redes. En ella pueden encontrarse artículos de interés para los estudiosos de la historia, la sociología y la antropología de América Latina. Son de particular relevancia (sin que est lista sea, evidentemente, exhaustiva):

Amérique Latine. Histoire et Mémoire, es una revista publicada por el grupo de investigación del mismo nombre, ubicado en Université Paris-VIII. Se ha dedicado en sus diversos números, desde el año 2000,  a temas de migración, identidad, educación, religión y política, con una perspectiva historiográfica. Acepta contribuciones en español, portugués, francés e inglés.

Amerika publica números temáticos semestrales sobre la problemática de la memoria, la identidad y los territorios de América Latina (anglófonos, francófonos, luso e hispanohablantes), desde el siglo XIX al presente. Es un espacio de encuentro y debate del Laboratoire Interdisciplinaire de Recherche sur les Amériques, de la Université de Rennes.

Anthropology of food es una revista digital bilingüe (inglés y español), publicada por una red de investigadores  que desde 1999 comparten un interés por la alimentación vista desde la perspectiva de las ciencias sociales. Su enfoque geográfico es muy diverso, y desde luego incluye América Latina, como lo muestra el volumen publicado sobre Modèles alimentaires et recompositions sociales en Amérique latine.

La venerable Sociedad de Americanistas es bien conocida por los investigadores latinoamericanos en razón de su larga trayectoria. Edita  un Journal desde 1895, en línea en Revues desde 2001 (los números anteriores están disponibles en Persée), que acepta artículos en francés, inglés, español, portugués e incluso alemán e italiano.

IdeAs. Idées d´Amériques es una muy reciente propuesta del Institut des Amériques que procura una aproximación multidisciplinaria a la ciencias sociales y las humanidades. La revista estudia la totalidad del continente americano, en una perspectiva comparativa y trasnacional, y con un énfasis particular en la superación de la división tradicional entre latinoamericanistas y «norteamericanistas». Publica artículos en francés, inglés y español;

y, desde luego, Nuevo Mundo. Mundos Nuevos, una de las publicaciones más relevantes en el diálogo transatlántico de estudiosos de América Latina y el mundo hispánico. Es editada actualmente por el centro de investigación  MASCIPO («Mondes Américains, Sociétés, Circulations, Pouvoirs», CNRS).  Se publica en cuatro idiomas: español, francés, portugués, e inglés.

Revues cuenta actualmente con 317 publicaciones periódicas, y agrega constantemente nuevos títulos. Como parte de la  plataforma OpenEdition (que incluye también Hypothèses y Calenda), se halla actualmente en un proceso  de internacionalización, y de asociación de proyectos  e instituciones afines.

Presentación de OpenEdition / Hypothèses en México

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Instituto de Investigaciones Históricas

Presentación de OpenEdition,

portal para la edición electrónica en Open Access en Ciencias Sociales y Humanidades

OpenEdition reúne las plataformas Revues.org, portal de revistas, Calenda, agenda científica, e Hypotheses.org, plataforma de blogs académicos.

OpenEdition es una iniciativa del Cléo, Centre pour l’Édition Électronique Ouverte, laboratorio del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), l´École des Hautes Études en Sciences Sociales, Universidad de Provence y Universidad de Avignon.

En este taller se presentarán las diferentes plataformas, y particularmente el portal Hypotheses.org, una de las plataformas de blogging científico en Ciencias Sociales y Humanidades más potentes de Europa, compuesta actualmente de más de 300 blogs y de una comunidad de blogueros de más de 600 investigadores. Con la presentación del nuevo proyecto plataforma para la comunidad hispanohablante, Hypotheses.org inicia el desarrollo de portales lingüísticos en colaboración con instituciones del mundo entero.

con la participación de Frédérique Muscinési,

community manager de Hypotheses

Miércoles 15 de febrero de 2012, 17 horas.

Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM

Salón Académico, segundo piso.

Circuito Maestro Mario de la Cueva, s/n,

Zona Cultural, Ciudad Universitaria, Coyoacán, 04510, México, D.F.

Ubicación (mapa)

Accesible actualmente por la estación «Centro Cultural Universitario» del Metrobús.

Internet, el anarquismo cognoscitivo y la necesidad de alternativas

Los primeros años de la web fueron una verdadera revolución tecnológica, pero los cambios en la producción de sus contenidos fueron modestos y graduales. Sobre todo en el ámbito académico, continuaron las formas de comunicación unidireccionales, que iban desde el productor de conocimientos hacia el usuario. Algo era cierto, o al menos creíble (y publicable) porque lo decía una persona que tenía un título, era profesor o investigador en una universidad, funcionario de alguna dependencia gubernamental, escribía en algún periódico reconocido, o había dedicado largos años a opinar sobre el tema. El hecho de que la mayor parte de las páginas web fuesen institucionales o empresariales, y que fuese bastante difícil que un particular creara una propia, aseguraba que estos principios, hábitos y medios mantuvieran una lógica cognoscitiva similar a la de los libros y revistas impresas.

Para bien o para mal, esto ya no es así. Mucho ha tenido que ver la aparición de la llamada «web 2.0», que permite y facilita la comunicación interactiva y debilitó la antigua tajante división entre autor y lector. Hoy día cualquier persona con mínimos conocimientos puede instalar un blog o una página web en media hora,  y de manera gratuita o a precios muy modestos. Y en cuanto a contenidos, Wikipedia no fue la primera, pero sí la más visible y exitosa iniciativa que puso de cabeza las anteriores formas de producción intelectual. Todos los wikipedistas (que además, recuérdese, son anónimos) son iguales entre sí.  El investigador que ha publicado libros e impartido incontables conferencias sobre un tema tiene  la misma popularidad que un adolescente que escribe sus notas apoyándose en enciclopedias u otras páginas web. Como reza el lema de Squidoo, otras de  las enciclopedias colectivas que tanto proliferaron,  «todos somos expertos en algo».

Desde luego, si ser experto quiere decir tener información especializada sobre alguna cosa (desde la receta para un postre delicioso, la mejor manera de cambiar la cadena de una bicicleta, o la fecha de bautizo de Napoleón), no hay duda de que este enunciado es verídico. Sin embargo, información y conocimiento  no son exactamente sinónimos.  El conocimiento implica comprender y analizar  el origen, evolución, funcionamiento de algo, así como sus relaciones con entidades similares y las posibles consecuencias que se derivan de su existencia. En ocasiones, desde luego, nos basta con tener la información necesaria para obtener ciertos resultados prácticos; pero limitarnos a ella sería empobrecer nuestra comprensión del mundo.

Por otro lado, es cierto que  un artículo en web escrito por alguien sin formación especializada  puede ser excelente,  y el redactado por una persona con muchos títulos puede resultar pésimo. No estamos, al cabo, hablando de producción de nuevos conocimientos, sino de su difusión -algo que las instituciones académicas y los investigadores tradicionalmente han  hecho poco y mal. Esto desde luego es muy el caso de la historia, donde los historiadores (a diferencia de los ingenieros o médicos) no pueden (ni deberían) reclamar un monopolio del ejercicio del oficio.

La cuestión principal no es en sí la amenidad o la claridad didáctica, ni las credenciales académicas del autor de un blog o página web, sino la de cuáles son los mecanismos de verificación aceptados  para distinguir la originalidad, calidad, exactitud y pertinencia de una nota o un ensayo entre el caótico mar de contenidos existentes en línea. Evidentemente, en la red hay de todo, desde lo muy valioso, pasando por lo ofensivo hasta llegar a lo banal, repetitivo e intrascendente. El problema es distinguirlo.

En el mundo académico, existen mecanismos elaborados de verificación, que incluyen la revisión y aprobación  «por pares», esto es, por otros expertos en el tema. El público lector (que por lo común es el muy restringido de otros académicos, o estudiantes aspirantes a serlo) toma en cuenta la trayectoria previa del autor y la respetabilidad de la casa editora. Este probado (y engorroso) sistema se adapta mal a la inmediatez de la comunicación actual, donde cada autor puede publicar lo que desea de inmediato y sin verificación previa.

Aunque no fue su objetivo, Google proporcionó impensadamente una alternativa de clasificación jerárquica: los sitios más visitados por el público aparecen en los primeros lugares de los resultados de sus búsquedas.  De aquí se derivó la idea, presente en muchos sistema y servicios en línea, de que los usuarios califiquen  («favoriteen») los sitios más interesantes y confiables. Es  una entidad amorfa y anónima (el «público» o «los lectores») la que representa la sabiduría colectiva y atribuye el criterio de verdad (o de confiabilidad). Es, por ejemplo, el criterio utilizado por Knol, la frustrada enciclopedia de Google  y de otras aplicaciones como Digg, o en español, Menéame donde los usuarios «suben» ciertas notas o noticias, y alcanzan el honor de ser  publicadas en la página principal si los demás usuarios las encuentran suficientemente confiables.  En el campo particular de la historia, lo mismo puede decirse de Historiador.net

Visto en una perspectiva general, el desarrollo de internet ha implicado una rebelión en contra de los «expertos» (como ha ocurrido, por otra parte, con otras  figuras de autoridad). Hay, digamos, cierto implícito anarquismo cognoscitivo. Aunque tampoco se trata de un movimiento organizado ni animado por una reflexión sistemática (sería, en cierta manera, una contradicción) existen pensadores, como Paul Feyerabend, que han sostenido que los científicos no tienen porqué tener un monopolio del conocimiento especializado, y que sus logros concretos no siempre han resultado de de la racionalidad experimental.

Sin entrar por ahora en esta discusión, lo cierto es que mal haríamos en ignorar un medio tan universalmente aceptado sólo porque no nos resulta conocido y previsible, o porque no nos podemos amparar en las formas tradicionales de obtener reconocimiento. Sobre todo en las humanidades, la comunicación de nuestros resultados al público es algo de lo que no podemos prescindir. Algo se ha avanzado en este sentido; por ejemplo, casi todas las revistas académicas especializadas están disponibles en línea. Sin embargo, el contenido y el estilo siguen siendo los propios de los universitarios, que no son los más apropiados para el lector general. Asociarse para tomar ejemplo de iniciativas que han resultado exitosas en la red, pero llevando la exactitud, el rigor y el conocimiento avanzados propios del mundo académico es algo que aun no hemos resuelto debidamente. Deberíamos hacer algo para lo que en principio somos buenos: identificar el problema, analizarlo y proponer soluciones.

La historia de México en las páginas públicas de Facebook

A pesar de todas las reservas, de sus  limitaciones y de ciertos inconvenientes (véase «Razones de un historiador para usar/no usar Facebook«), cada vez es más frecuente que instituciones y asociaciones académicas recurran a una «página pública»  de Facebook para fines de difusión y divulgación.  Las ventajas son evidentes: pueden establecerse y administrarse muy fácilmente, no tienen costo, y atraen la atención de un público joven que mucho nos interesa (o debería interesarnos). También hay grupos  que han encontrado en Facebook un medio adecuado de difusión, sin tener que recurrir a los enredados y lentos procedimientos institucionales para acceder a la red.

Fuente: AMIPCI. Estudio de hábitos de los usuarios de Internet, 2010.

Desde luego, no siempre es seguro que estas páginas correspondan exactamente a una institución o un autor, porque hace un tiempo Facebook introdujo unas páginas de comunidad que son creadas de manera automática a partir de Wikipedia, o bien  de informaciones puestas en el «perfil» de los usuarios. Con un poco de atención, es posible darse cuenta de quienes realmente son quienes dicen ser.

He compilado aquí un listado de las páginas «públicas» de Facebook  (esto es, las que puede consultar cualquier persona, sin necesidad de ser usuario registrado), excluyendo  las páginas «personales» (aunque no lo crea, hay instituciones que utilizan esta opción) y los «grupos». Estos dos últimos  requieren ser usuario de Facebook para consultarlos, o bien registrarse como «amigo».

Instituciones

Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)

El Colegio de México, A.C.

El Colegio de México. Doctorado de Historia

El Colegio de San Luis.

Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)

INAH TV

INAH. Escuela Nacional de Antropología e Historia. Difusión Cultural

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora

UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) en línea.

Casa de las Humanidades

Facultad de Filosofía y Letras. Extensión Académica

Instituto de Investigaciones Antropológicas

Instituto de Investigaciones Bibliográficas

Instituto de Investigaciones Estéticas

Instituto de Investigaciones Filológicas

Archivos, bibliotecas y museos

Archivo General de la Nación (AGN)

Archivo Histórico del Arzobispado de México

Acervo Histórico del Palacio de Minería, Facultad de Ingeniería. UNAM.

Antiguo Colegio de San Ildefonso.UNAM.

Biblioteca Histórica José María Lafragua, BUAP

Museo Numismático Nacional

SINAFO. Fototeca Nacional,  INAH.

Sociedades y asociaciones científicas

Academia Mexicana de la Historia

Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI)

Asociación Mexicana de Historia Económica

Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C. (CEAS)

Editoriales y revistas

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México (UNAM)

Portal de Revistas Científicas y Arbitradas de la UNAM

20/10 Memoria de las Revoluciones en México

Revista Bicentenario. Instituto Mora

Temáticos

La ciudad de México en el tiempo. Un espacio abierto para compartir fotografías, anécdotas e información sobre la ciudad de México.

Archeográfica. Reconstrucción virtual, maqueta y ambientación tridimensionales asistidos por computadora sobre arqueología precolombina

Archivo para la Memoria. Pograma académico y archivístico que rescata, organiza, resguarda y difunde los vestigios de la vida cotidiana e institucional generados por particulares

Artes e Historia México.  Portal dedicado a la difusión de la historia, el arte y la cultura.

H-MEXICO, grupo virtual sobre historia de México

Cultura y Lengua Maya. Dedicada a los investigadores, admiradores y aficionados de esta gran civilización.

 ……………

Si encuentra que hay alguna otra  página pública FB de interés que debería agregarse a este listado, envíeme una nota en «comentarios».

La UNAM se pone (más) en línea

El día de ayer el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México presentó el nuevo portal institucional titulado Toda a UNAM en línea, que se define como «una iniciativa que busca lograr un acceso abierto, público y gratuito a todos los productos, acervos y desarrollos digitales de los universitarios». Este nuevo portal presenta de una forma más accesible y «amistosa» para el usuario muchos recursos de gran interés para el público en general,  que estaban dispersos y eran de dificultosa ubicación en la página web institucional.  Asimismo agrega otros servicios de enorme utilidad y atractivo (como que ya sé a qué dedicar este fin de semana….) como la versión digital de la Hemeroteca Nacional de México (más de nueve millones de imágenes correspondientes a 947 publicaciones periódicas desde 1722 hasta principios del siglo XX), varios de los tesoros de la Filmoteca  unamita, el podcast cultural (conferencias, grabaciones, teatro en versión «descargable»), notas sobre investigaciones, recursos académicos (notablemente, revistas en línea),  la agenda cultural y la tradicional y extensa oferta de servicios educativos de nuestra máxima casas de estudios.

Como ya es habitual en estos recursos, el portal es «personalizable» previo registro, y ofrece la opción de vinculación con las redes sociales, como Twitter y Facebook.  Una nota: algunos recursos (como la Hemeroteca Nacional Digital) pueden presentarle algunos problemas para abrir y ver nuevas «ventanas» en Firefox. Un cambio de navegador bastará para resolver de momento este inconveniente.

Bien vale dedicar un buen rato a recorrer este nuevo portal. En lo personal, este fin de semana voy a dedicarme a ver viejas películas, sin moverme de mi casa.

 

Académica, la plataforma educativa de Telmex: una primera impresión

Con cierta solemnidad y  la presencia de numerosas personalidades  el pasado 27 de octubre se presentó Académica, una «plataforma» del Instituto Tecnológico de Teléfonos de México en Tecnologías de la Información, presidido por Javier Elguea.

Académica se define como «una red de investigación e innovación líder en la gestión y difusión del conocimiento, para instituciones de educación e investigación superior en México y países de habla hispana». Cuenta con la participación de más de 160 instituciones, entre las que se hallan las principales universidades y tecnológicos mexicanos, públicos y privados, algunas destacadas escuelas de altos estudios  en el extranjero, varias dependencias gubernamentales  y centros privados de investigación.  En principio, estas instituciones ofrecerán por este medio materiales de consulta, resultados de investigación,  encuentros académicos presenciales y en línea, así como vinculación con programas de formación y postgrado.

La parte de «investigación» se divide en dos grandes secciones: Aleph Ciencias Sociales, que se establece como un fondo de recursos digitales de acceso abierto integrado por revistas, libros, documentos de trabajo y fondos históricos puestos a disposición, por el Archivo General de la Nación, el Centro de Estudios de Historia de México Carso,  el Centro de Investigación y Docencia Económicas, El Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica; y el Repositorio Digital, un acervo formado por revistas, libros, y documentos  de las diversas áreas de conocimiento, producidos por instituciones de educación superior y otros organismos educativos. Cuenta asimismo con un espacio para compilación de noticias de interés, agenda, documentos y encuestas.

La vinculación entre instituciones es ciertamente una buena idea, porque si algo ha definido el crecimiento de la presencia científica en el ciberespacio ha sido la dispersión de esfuerzos e iniciativas. Tampoco, ciertamente, está nada mal reunir en un ámbito común a las  instituciones de educación superior pública y privada, separadas frecuentemente más por prejuicios arraigados que por cuestiones sustanciales.

Por otro lado, esta plataforma también pretende ser algo más que una reunión de instituciones, y se refiere a una «comunidad digital».   «Comunidad» es una palabra que tiene cierto simpático eco romántico, y no puedo menos que encontrarle cierto regusto paradójico en una iniciativa que  viene del ámbito de las empresas, donde se piensa en las personas sobre todo como clientes o consumidores. Una comunidad (con cierta interacción, valores compartidos, distribución de roles, jerarquías implícitas  y la aparición paulatina de un sentimiento de pertenencia) es algo de laborioso  establecimiento. Cuando tiene éxito puede derivar en situaciones imprevisibles; nunca se sabe bien a bien que van a hacer las personas cuando se pone un medio a su disposición. Por lo pronto, Académica ha propuesto varias instancias «sociales»  de interés, como aquí abajo puede verse.  Ya veremos hacia donde derivan…

Hay también otras situaciones que inevitablemente se presentarán en esta plataforma. Las universidades están habituadas a la diversidad de ideas y opiniones, por radicales y extremas que sean; basta con que estén debidamente fundamentadas y se presenten con un argumento defendible. ¿Habrá la misma tolerancia en Académica? La empresa que sostiene con sus recursos esta iniciativa tiene, como es lógico, compromisos, intereses, preferencias y asociados de negocios. Y aunque muchos temas científicos son poco controvertidos, hay asuntos  y  contenidos que aparecerán en esta plataforma que son tema de encendidas polémicas en la prensa periódica actual, y que pueden resultar molestos, incómodos, incluso reprobables para muchas personas.

Hay, desde luego, precedentes aplicables. En Estados Unidos es común que grandes corporaciones sostengan iniciativas en el ámbito de las ciencias sociales y humanidades, cuando están vinculadas a instituciones reconocidas e investigadores de prestigio. En su mayor parte, siguen el principio de  abstenerse de toda intervención directa en los contenidos y conclusiones (la indirecta, a través del financiamiento, es otro asunto).  ¿Tendrá Telmex la misma tolerancia y distancia, sin la cual no puede realmente prosperar una instancia académica? Así es de esperarse.

Otra cuestión mayor es la calidad y pertinencia de las contribuciones.  No existe en Académica una instancia de revisión: en principio todos los contenidos son inmediatamente publicados.  Podría evidentemente decirse que el cuidado de la calidad  corresponde a las instituciones participantes, pero es solo una mediana garantía. En efecto, si bien en la lista de «asociadas»  hay instituciones con una sólida (aunque a veces engorrosa) práctica de dictamen previo de cualquier trabajo, hay también otras donde esta tradición no está igualmente asentada. También debe tenerse en cuenta que esta plataforma acepta contribuciones de usuarios individuales (más de 800, actualmente), desde luego sin control alguno, más allá de algunas reservas legales.

El problema es que en cualquier medio de este género existe una versión social de la Ley de Gresham: los contenidos mediocres acaban por ahuyentar y expulsar a los de buena calidad. Conviene aludir a la solución adoptada por otras plataformas que también publican contenidos académicos. Wikipedia depende de una comunidad  que corrige incesantemente  ( y «sin piedad»),  todos los artículos. Knol (*ver al final actualización sobre este servicio), la enciclopedia temática y colectiva de Google, opta por una solución distinta: los artículos más consultados por los usuarios aparecen en las búsquedas en primeros lugares, de modo que la calificación depende de una instancia colectiva, anónima e impersonal.

Todavía es muy temprano para formarse una opinión formal de Académica. Como cualquier otra iniciativa de este género, tendrá que irse adaptando a los imprevisibles desafíos que le presente su evolución. Por lo pronto, es de desearle el mejor de los éxitos.

…………

Actualización: Google ha anunciado en su blog oficial que Knol será descontinuado a partir de abril de 2012. La corporación ha comprobado que una cosa es distribuir u organizar contenidos, y otra muy distinta generarlos, a pesar de los vastos e ingeniosos recursos técnicos disponibles.

El INAH y su asociación con Google: beneficios y políticas institucionales

El Instituto Nacional de Antropología e Historia continúa incesantemente ampliando su muy notable presencia en web,  en particular mediante su asociación con Google. Acaba ahora de presentar una  capa o nivel para la aplicación Google Earth, con la cual además de ofrecer un nuevo servicio, puede enlazar entre sí un amplio conjunto de desarrollos anteriores (paseos «virtuales», micrositios de cada museo o sitio arqueológico, maquetas en 3D realizadas por distintas personas en un concurso, infografías, un canal en youtube).  Como una imagen resulta más clara que una larga descripción técnica, véase el siguiente video.

El único pero es que se da como obvio que el usuario conoce que debe instalar  «Google Earth» en su computadora, y asimismo obtener un pequeño archivo KML, disponible por ahora en la página principal del INAH.

La oferta de recursos de este proyecto  seguramente va a crecer, dado que el INAH ha  ha anunciado que próximamente el triciclo de Google Street View filmará en «imágenes circulares», a nivel del suelo, muchas zonas arqueológicas.

La evolución aquí presentada es interesante, además, en términos de política institucional. En efecto, el INAH se ha asociado con Google, con buenos resultados.  Por su parte, otra gran institución nacional, la Universidad Nacional Autónoma de México, ha optado por vincularse con Microsoft.  Es algo que tiene ya un par de años y cuya manifestación inmediata fue la oferta a las decenas de miles de estudiantes universitarios de programas de esta corporación, a precio reducido. El siguiente desarrollo fue la reciente entrega del manejo del sistema de correo universitario a Microsoft, abandonando el propio.

La nueva pantalla de ingreso a Correo UNAM
La nueva pantalla de ingreso a Correo UNAM

Como ocurre con todas las decisiones de este género, todas tienen sus pro y sus contras. No es cuestión de declaraciones de principios, sino de resultados, riesgos y beneficios concretos.  Habrá que ver, con el tiempo, que resulta de las  opciones adoptadas por ambas instituciones.

Tesis en línea sobre historia de México

Existen en las bibliotecas universitarias mexicanas miles de tesis  sobre historia y disciplinas afines. Algunas de ellas, sobre todo a nivel de licenciatura, son poco más que monografías escolares extensas,  pero hay muchas de este nivel, y de las presentadas para obtener títulos de posgrado, que son de interés  para la reconstrucción de sucesos, presentación de fuentes  e interpretación de nuestro pasado. En ocasiones, estas disertaciones  llegan a publicarse, con las pertinentes modificaciones, como artículos o libros; en la mayor parte de los casos permanecen juntando polvo en los estantes de las bibliotecas, leídas solamente por algunos pocos estudiantes y aun menos  investigadores. Hay, pues, un cúmulo notable de trabajos  y  conocimientos que no obtiene la debida difusión.

Por esa razón, algunas universidades han comenzado  a colocar en línea las tesis presentadas. Son aun ejemplos aislados, aunque la tendencia parece ir en ese sentido. Aunque no se hace explícito, es posible que una razón de esta renuencia sea el temor al plagio, lo cual es comprensible porque se trata de trabajos inéditos y poco conocidos. Es lo que al parecer ha llevado a establecer ciertas restricciones: por ejemplo el vastísimo catálogo  Tesiunam, de la Universidad Nacional Autónoma de México  puede consultarse desde cualquier sitio en línea, pero el contenido de las tesis puede verse solamente desde una computadora conectada directamente a la red local. La Universidad Iberoamericana permite el libre acceso, pero el usuario debe pasar por una pantalla previa con una declaratoria legal (que, extrañamente, alude a una disposición jurídica vigente…  ¡en Estados Unidos!).  La respuesta a estas inquietudes es la misma que puede darse a temores equivalentes respecto de libros y revistas en línea: la mejor forma de proteger los derechos de autor es precisamente poner su contenido disponible a todo público.  Viéndolo de esta manera, es mejor que estos materiales estén en un formato reconocible por los «buscadores» como Google, en vez de presentarse dentro de una base de datos que no es accesible de forma directa.

Una constante  ha sido la variedad y ausencia de conectividad de los diferentes esfuerzos institucionales (que, como ya he mencionado, ha sido característico del desarrollo de las bibliotecas y archivos digitales). Cada universidad ha desarrollado su propio sistema. Existen iniciativas internacionales para proporcionar un acceso común a diferentes instituciones, notablemente Cybertesis, de la Universidad de Chile (con la que en México está asociada la UDLAP)  y la Networked Digital Library of Theses and Dissertations (sin derivaciones hispanoamericanas, hasta ahora).

En ocasiones las tesis están en catálogos que brindan acceso al acervo general de las bibliotecas, y en otras en una sección específica. Ocurre asimismo que están disponibles las disertaciones recientes, dado que hoy es ya fácil pedir a un alumno que entregue su investigación en versión electrónica, mientras que las tesis anteriores deben digitalizarse a partir de la versión impresa (lo cual es lento y por ende costoso). Algunas instituciones, en fin, solamente dan cabida a la  versión digital de ciertos niveles profesionales (licenciatura o posgrado).

Esta es la lista de universidades que ofrecen sus tesis a todo público, sin restricciones. Si encuentra que algún repositorio no aparece aunque tiene este servicio, envíeme una nota y con gusto lo incluiré.

Universidad Autónoma de Nuevo León (en el fondo digital general)

Universidad de Colima

Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa

Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo

Universidad de las Américas, Puebla

Si hay interés del público lector y encuentro el tiempo, haré un listado similar de universidades fuera de México. Hay varias instituciones donde se presentan tesis que son muy dignas de consultarse.

* Nota. Este artículo tiene ya varios años. Hay más instituciones con tesis en línea, y las condiciones de acceso han cambiado. Publicaré en breve una nota al respecto, con el catálogo puest al día.