Una década de Nuevo Mundo – Mundos Nuevos, la revista americanista en línea

E n los ya remotos inicios de la red virtual (o sea, poco menos de dos décadas) muchos académicos nos interesamos por las posibilidades de la world wide web. Además de la fascinante opción de tener el mundo a nuestro alcance sin más que teclear en nuestras computadoras, existía la posibilidad de utilizar este medio para difundir el conocimiento científico y extraerlo del estrecho círculo de las instituciones académicas. Era posible incluso ir más allá, y pensar no solamente en la edición virtual de textos aislados, sino incluso hacerlo con revistas de investigación. Así, podíamos en principio superar los problemas intrínsecos de la edición impresa: tardada publicación, elevado costo, lenta y deficiente distribución.

Este loable propósito tropezó, sin embargo, con algunos obstáculos. Uno de ellos, el más inmediato, era que publicar en la web no era tan sencillo para quien no tuviera amplios recursos ni habilidades cibernéticas. El otro, más de fondo, era que a las dificultades habituales para fundar, establecer y lograr la prosperidad de una publicación periódica se unían ciertas reticencias frente a la edición virtual, tanto entre los autores como de parte de las autoridades. Varios proyectos se iniciaron con entusiasmo y buenas intenciones, y acabaron por ser cada vez más esporádicos, se dedicaron a la difusión o, simplemente, desaparecieron. Ciertamente, muchas revistas pueden leerse hoy día en la red; pero se trata de versiones de la edición impresa, disponible a veces con una «moratoria» de varios meses.

Por estas razones es tan notable la existencia y persistencia de Nuevo Mundo – Mundos Nuevos (NM-MN, para abreviar). Esta iniciativa provino del Centre de Recherches sur les Mondes Américains (CERMA), en tiempos en que era director Serge Gruzinski, y prosperó gracias a la incansable, pertinaz y cuidadosa labor de Frédérique Langue, Christope Giudicelli y de un entusiasta equipo de trabajo.

Como cualquier otra publicación que se respete, los artículos pasan por una revisión y dictamen que aseguran su originalidad y calidad, un aspecto que le ha valido el apoyo del CNRS (la agencia gubernamental científica francesa), el otorgamiento de un número ISSN (que identifica a las revistas) y la indexación en varios compiladores de contenido académico.

NM-MN se definió como una revista «evolutiva» y el nombre le queda bien. A los artículos y reseñas de libros sobre historia, antropología y notas críticas sobre el tiempo presente que fueron su asunto original, se fueron sumando con el tiempo reseñas de CDs y películas, bibliografías, resúmenes de tesis, debates, ponencias (en texto completo) de coloquios, exposiciones virtuales (como la de graffitis novohispanos) y las muy populares guías del investigador americanista de distintas ciudades.  Es un contenido que no es el tradicional de las revistas, que puede resultar desconcertante para una visión conservadora de la edición científica, y que se acerca a lo que podría ser un «portal» americanista del que no hay otros ejemplos en el mundo hispanoamericano.

Asimismo, si el grupo de autores se derivó inicialmente de los miembros del CERMA y de los académicos con los que mantenía estrecha colaboración, muy pronto publicó artículos de investigadores de otros países e instituciones. Ha sido una de sus logros más notables: la capacidad de trascender los límites disciplinarios, las fronteras nacionales y convocar a un amplio grupo de colaboradores habituales, atraídos por el prestigio de la revista, la flexibilidad lingüística (además del francés, el español, portugués, italiano e inglés), la prontitud de la edición y, para decirlo en breve, el buen trato: en NM-MN uno se siente entre colegas. Este cosmopolitismo   facilitó el desarrollo de perspectivas comparativas que, por varias razones, han sido más características de la historiografía francesa que de los distintos países hispanoamericanos, a veces demasiado encuadrados en los estrechos límites del Estado-nación.

Aunque el lector probablemente no lo percibe, otro aspecto notable (que aquí en este blog interesa en particular) es la asociación de NM-MN con Revues.org, dirigido por Martin Dacos, una notable y atractiva «plataforma» de edición digital que da acogida asimismo a muchas otras numerosas revistas científicas .

Nuevos Mundos- Mundos Nuevos es un ejemplo a seguir, una demostración de las posibilidades de la edición en línea, y un proyecto del que, desde este lado del Atlántico, muchos esperamos que tenga el apoyo necesario para una evolución que, como enuncia su declaración de principios, incluye como rasgo distintivo la exploración de interesantes posibilidades editoriales y la continua incorporación de nuevas temáticas.

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